martes, 19 de noviembre de 2013

MARIHUANA Y SU PODER DESTRUCTOR SOBRE LA PSIQUIS (Epidemiologiaescobar)

La memoria humana "se hace humo" fumando marihuana, por sus efectos a largo plazo sobre el hipocampo. El cerebelo procesa información que está muy relacionada con la función motora. El lóbulo frontal, que procesa las relaciones temporales, también tiene receptores cannabinoides. Dada la cantidad de regiones del cerebro que son afectadas, esto significa que, a la postre, todo el cerebro y el cuerpo entero serán afectados.
Los inconvenientes cognitivos causados por el cannabis no son sin consecuencia. Afectan la conducción de automóviles, pilotear un avión, o emplear una pieza de maquinaria complicada. En tales actividades especializadas, se requiere a cada segundo una atención constante, recuerdos, mapeo visual inmediato, y una cuenta del tiempo medida en décimas de segundo.
Su uso disminuye la función de la glándula pituitaria, disminuyendo la secreción de los diferentes tipos de hormonas, las que juegan un papel crucial en las regulación de funciones metabólicas y reproductivas en todo el cuerpo.
Las alteraciones que produce en las membranas celulares llevan a una "desintegración molecular" de la personalidad, que no se recupera luego de recuperarse de la adicción.
Uno de los primeros efectos mensurables del hashish es el gradual debilitamiento del poder de dirigir pensamientos a voluntad.
Lenta y sutilmente, la voluntad de la persona es destruida.
Los niños y jóvenes hijos de madres fumadoras de Marihuana, no pueden enfocar su atención, sólo podrían desempeñar trabajos menores o de baja especialización, porque su "voluntad", esto es, su energía y curiosidad para buscar fuera de su infantilismo, está anulada.

Destaca el “síndrome amotivacional” (disminución de la iniciativa personal), unido a una frecuente baja de la capacidad de concentración y memorización.
los fumadores de marihuana o hachís inhalan profundamente el humo sin filtrar y lo retienen en los pulmones tanto tiempo como pueden, siendo más nociva para el sistema respiratorio que el tabaco. Asimismo puede causar alteraciones en los sistemas reproductores masculino y femenino (infertilidad, por ejemplo) e inmunológico.
El consumo de cannabis puede ser peligroso para aquellos que padecen hipertensión, enfermedades cerebrovasculares y arteriosclerosis coronaria.
Enrojecimiento de los ojos debido a la dilatación de los vasos sanguíneos del globo ocular.
Incapacidad de prestar atención constante y de asimilar complejos procesos de información. 
Los fumadores de cannabis desarrollan una menor capacidad de difusión pulmonar y un flujo expiratorio forzado. El humo del cannabis y sus residuos contienen sustancias carcinógenas relacionadas con cambios celulares malignos en el tejido pulmonar.
Se incluyen la sustitución de dígito-símbolos (cambio de significados del entorno), unión de dígitos, sustracción serial (incapacidad de seguir una secuencia lógica), comprensión de lectura y aumento de la percepción del tiempo. Mientras más compleja, menos familiar y más difícil sea la tarea, peor será el desempeño.
También se altera la percepción de la visión, el sonido y el tacto; afecta el estado de ánimo y la interacción social.
Desajustes en el trabajo y una incapacidad autorreconocida para enfrentar nuevos problemas.
Además de la inflamación del cerebro, el consumo habitual de marihuana también se ha relacionado con un menor coeficiente intelectual y un mayor riesgo de esquizofrenia y otros trastornos mentales.

Los individuos y los países que lucharon para poner a las drogas fuera de la ley, reconocieron que una nación no podía tener progreso industrial y social y un uso descontrolado de las drogas al mismo tiempo.

El progreso y las drogas son incompatibles.