lunes, 11 de agosto de 2014

Enfermedad por el virus del Ébola







El virus del Ébola causa en el ser humano la enfermedad homónima (EVE)
perteneciente al grupo de las fiebres hemorrágicas virales.

Agente infeccioso: El género Ebolavirus es, junto con los géneros Marburgvirus
y Cuevavirus, uno de los tres miembros de la familia Filoviridae (filovirus). El
género Ebolavirus comprende cinco especies distintas: Bundibugyo ebolavirus
(EBOV-B); Zaire ebolavirus (EBOV-Z); Reston ebolavirus (EBOV-R); Sudan
ebolavirus (EBOV-S); Tai Forest ebolavirus (EBOV-TF). Las especies EBOV-B y
EBOV-Sse han asociado a grandes brotes de EVE en África, al contrario de las
especies EBOV-Ry EBOV-TF. La especie EBOV-R, encontrada en Filipinas y China,
puede infectar al ser humano, pero hasta sólo se han registrado casos de
infección asintomática.

Transmisión: El virus del Ébola se introduce en la población humana a través de
la transmisión humano-animal. Posteriormente, se propaga en la comunidad
mediante la transmisión de persona a persona por contacto directo con fluidos
y/o secreciones corporales, a través de las membranas mucosas o de soluciones
de continuidad de la piel.
La infección del personal sanitario al tratar a pacientes con EVE se observó ante
contacto estrecho sin precauciones estrictas para el control de la misma.

Reservorio: Existe participación de los primates no humanos (gorilas,
chimpancés, monos) y murciélagos en la cadena de transmisión a los humanos,
a través del contacto estrecho o manipulación de los mismos. En África se
involucraron también antílopes selváticos y puercos espines.

Período de incubación: Oscila entre 2 y 21 días, con un promedio de 8 a 10
días. No existe riesgo de transmisión durante el período de incubación.

Período de transmisibilidad: Comienza con la fase febril. La transmisibilidad
aumenta con las etapas del cuadro, en tanto el virus esté presente en sangre y
secreciones. Se ha aislado el virus de Ébola en líquido seminal 7 semanas
posteriores al restablecimiento clínico del paciente. Susceptibilidad: Las
personas de cualquier edad son susceptibles.

Manifestaciones clínicas: La EVE es una enfermedad aguda grave que se
caracteriza por la súbita aparición de fiebre, debilidad general, mialgias y
cefalea, seguida de faringitis, vómito, diarrea y erupción maculopapulosa. En
las formas graves, la diátesis hemorrágica suele acompañarse de insuficiencia
hepática y renal, hasta disfunción de órganos múltiples. Los hallazgos de
laboratorio incluyen linfocitopenia, trombocitopenia, elevación de las enzimas
hepáticas, y de los niveles de urea y creatinina en fase de insuficiencia renal.

Diagnóstico diferencial: Paludismo, Fiebre tifoidea, shigelosis, cólera,
leptospirosis, peste, rickettsiosis, fiebre recurrente, meningitis, hepatitis y otras
fiebres hemorrágicas virales.

Diagnóstico laboratorial: El diagnóstico definitivo de infección por virus del Ébola
se realizará por distintas pruebas: ELISA, detección de antígenos, pruebas de
neutralización, RT-PCR, o por aislamiento del virus mediante cultivo celular. Las
muestras de los pacientes suponen un peligro biológico, por lo que deben
realizarse en condiciones de máxima contención biológica.

Tratamiento: Sintomático y de sostén. Los casos graves requieren cuidados
intensivos. No existe tratamiento específico al momento.

Prevención: Precauciones estándares y en el contacto directo con el paciente,
limpieza del ambiente con pacientes sintomáticos con EVE, manejo de residuos
en el ámbito hospitalario, disposición segura de cadáveres.

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