Rabia:
El agente causal es un virus, que tiene la particularidad de ubicarse en células del tejido nervioso, donde ocasiona daños muy importantes. Existen dos ciclos de rabia en la naturaleza, el urbano cuyos transmisores son el perro y en menor medida el gato y el ciclo silvestre cuyos transmisores son: los murciélagos, zorrinos, zorros etc.. Otros transmisores pueden ser: ratas, ratones, conejos, ardillas y liebres. El contagio se produce cuando un animal afectado muerde (o rasguña ) a otro animal o a una persona, ya que el virus se encuentra en la saliva de os individuos enfermos.
Los síntomas en el animal rabioso son variados. Existen dos formas de presentación clínica: la rabia furiosa y la rabia paralítica o muda. La rabia furiosa se caracteriza por un cambio de conducta: el animal se torna inquieto, agresivo, trata de morder continuamente (aún a su dueño) y tiene dificultades para comer y/o beber. La rabia paralítica se caracteriza por una parálisis ascendente o generalizada, que termina en coma y muerte.
En el ser humano los síntomas son de tipo nervioso y concluyen con parálisis de todos los músculos. El único camino para evitar que estos síntomas aparezcan, es efectuar el tratamiento antirrábico en forma inmediata.
Prevención: las medidas de prevención de esta enfermedad reconocen tres niveles de responsabilidad: 1) En el ámbito estatal corresponde el desarrollo de programas adecuados de educación para la salud, en lo que hace a un zoonosis tan importante como la RABIA y el desarrollo de campañas masivas de vacunación 2) En el ámbito privado, la información y difusión acerca de esta enfermedad y sus medidas de prevención, por parte de los profesionales veterinarios, a través de la vacunación anual de perros y gatos. 3) A nivel del propietario, último nivel de responsabilidad, la ejecución final de las acciones derivadas de los niveles anteriores.
No tocar o intentar capturar bajo ningún concepto a un murciélago caído o que no puede volar, ya que puede estar enfermo.
Ante un accidente por mordedura proceder de la siguiente manera: si por cualquier motivo alguien resulta lesionado por un animal, debe en primer término lavar la herida con abundante agua y jabón y luego concurrir al Médico. Este procedimiento debe ser realizado siempre y especialmente si el animal que lesionó fuese un animal vagabundo y que no puede ser capturado para su control. Todo animal agresor, que tenga propietario o que pueda ser capturado, debe ser observado durante 10 días por un profesional veterinario, para confirmar que no está enfermo de rabia.
Leptospirosis:
Esta enfermedad está causada por una bacteria (Leptospira interrogans), que puede ser hallada en numerosas especies animales (perros, caballos, bovinos, cerdos). Los roedores transmiten la bacteria a las personas y otros animales, pero no manifiestan signos clínicos. Los animales enfermos la eliminan por orina y de esa forma contaminan fuentes de agua (ríos, riachuelos, zanjas, fuentes, lagos. etc.), aunque también puede sobrevivir en charcos o zonas pantanosas (estanques, chiqueros).
La vía de entrada al organismo es a través de la piel y de las vías nasal y bucal. El principal modo de contagio es por contacto con aguas, suelos o comidas contaminadas con orina de animales enfermos o infectados.
En los animales produce: fiebre, daños renales, hemorragias y abortos en las hembras preñadas. En el ser humano ocasiona hepatitis con conjuntivitis y lesiones en los riñones. Si no llega a los casos de mayor gravedad, puede confundirse con una gripe fuerte.
Prevención: las medidas preventivas pueden dividirse en dos grupos: 1) las que se refieren a las personas y a los animales y 2) las que tienen que ver con la higiene ambiental.
En el primer grupo se deben mencionar la higiene personal, evitar que las personas y los animales entren en contacto con las zonas bajas con barro o agua estancada, y que no se sumerjan en aguas libres sin control sanitario (evitar nadar en zanjones, riachos, cavas , lagos o fuentes de plazas). Vacunación de los perros al menos anualmente (en períodos de inundaciones, vacunar a los perros preventivamente). Desinfectar los lugares donde orinan los animales.
Controlar roedores en basurales y zonas urbanas.
Tratamiento en humanos:
Los medicamentos para tratar la leptospirosis abarcan:
•Ampicilina
•Ceftriaxona
•Doxiciclina
•Penicilina
Los casos complicados o serios pueden necesitar tratamiento complementario o tratamiento en una unidad de cuidados intensivos (UCI) de un hospital.
Toxoplasmosis:
Esta parasitosis, causada por el Toxoplasma Gondii, tiene ciertos aspectos que no siempre son conocidos por la población en general y lleva, por lo tanto, a conclusiones y falsos miedos. Si bien es cierto que son los felinos, principalmente los gatos, lo únicos diseminadores de formas infestantes de estos parásitos, no siempre son éstos los causantes directos de la enfermedad en los seres humanos. Debido a las complejas características del ciclo del parásito, sólo durante un corto tiempo de toda su vida el gato elimina formas parasitarias contaminantes por su materia fecal. Si se toma la precaución de eliminar rápidamente y con cuidados higiénicos , los excrementos de los gatos, es factible evitar el contagio de esta enfermedad a través de estos animales. Pese a ello, se calcula que aproximadamente un tercio de los seres humanos hemos tenido algún contacto con el Toxoplasma gondii. La presentación clínica de la enfermedad, es decir con síntomas, suele ser muy rara, no así la infección.
El ciclo se inicia con gatos parasitados que, por sus hábitos de vagabundeo, pueden contaminar con heces los pastos donde comen vacas u ovejas o quintas de verduras o frutas.
La puerta de entrada al organismo es por vía bucal. Una de las formas más frecuentes de contagio es el manipuleo de carnes crudas ( trabajadores de frigoríficos, carniceros, amas de casas), verduras y frutas mal lavadas y no higienizarse posteriormente las manos. También el consumo crudo (o poco cocido) de estos alimentos.
Existen dos puntos importantes para remarcar respecto a la enfermedad en los seres humanos: (1) el primer contagio de mujeres embarazadas y (2) los portadores de HIV. En ambos casos es cuando la toxoplasmosis puede adquirir características de mayor gravedad, ya que si una mujer nunca había estado en contacto con el parásito y se contagia en las primeras fases del embarazo, puede abortar o dar a luz un niño co serios problemas. En los pacientes infectados con el virus del HIV, al producirse una baja de defensas en el organismo por la acción viral, se manifiesta la enfermedad.
Prevención: radica en eliminar convenientemente las heces de los gatos, no consumir carnes poco cocidas o verduras y frutas mal lavadas e higienizarse bien las manos luego de manipular carnes crudas. Estas precauciones deberán extremarse en mujeres embarazadas, cuyos análisis sanguíneos de toxoplasmosis hayan sido negativos y en personas HIV positivas.
Tratamiento:
Las personas asintomáticas generalmente no necesitan tratamiento.
Los medicamentos para tratar la infección incluyen antipalúdicos y antibióticos. Los pacientes con SIDA deben continuar el tratamiento en tanto el sistema inmunitario esté débil con el fin de prevenir la reactivación de la enfermedad.
Un caso especial es el tratamiento dirigido al bebe y a la mujer embarazada, que se debe realizar en combinacion con el Obstetra, el infectologo y el clinico.
Toxocariasis:
Existe una gran cantidad de especies parásitas que pueden habitar tanto en seres humanos como en especies animales. Algunas son más conocidas que otras, y por ello se las diagnostica con mayor frecuencia. Este no es ejemplo de toxocara cani y cati, productores de 2 tipos de patologías en los seres humanos: la llamada Larva Migrans Visceral (LMV) y la Larva Migrans Ocular (LMO).
Estos parásitos viven , en su forma adulta, en el intestino delgado de perros y gatos (especial mente en hembras y cachorros) y sus huevos salen al exterior con la materia fecal de los animales portadores. Estos huevos son en realidad la foram de contagio para los humanos, pues son muy resistentes a las condiciones ambientales y pueden sobrevivir largo tiempo en tierra, pastos y arena.
La puerta de entrada al organismo es por vía bucal: ingestión de alimentos contaminados con huevos de parásitos o, lo que es más común, el ingreso a través de manos mal higienizadas que hayan estado en contacto con tierra, pastos, arena o animales infestados.
En los animales afectados ocasiona diarrea y trastornos digestivos. En los seres humanos la LMV es frecuente en niños y adolescentes, ya que están más expuestos ala ingesta de huevos de toxocara, pero también puede observarse en adultos. Los síntomas suelen parecerse a un cuadro de alergia inespecífica. Los casos de la LMO tienen lugar cuando una larva se aloja en el ojo y causa trastornos, y a veces pérdida de la visión.
Es importante tener en cuenta que un animal infestado, puede eliminar unos 15.000 huevos de toxocara por cada gramo de materia fecal. Si estimamos que un perro mediano suele depositar unos 340 grs. diarios de excrementos, es fácil darse cuente de la carga de huevos que puede hallarse diariamente en veredas, calles, plazas, parques y otros sitios públicos.
Prevención: la prevención a nivel de perros y gatos consiste en la desparasitación periódica de los mismos, particularmente a los cachorros y hembras en celo, preñadas o que recién han parido.
En los humanos la prevención se basa en medidas de higiene, tales como lavarse las manos antes de ingerir alimentos, esto debe ser remarcados en niños. Destinar utensilios particulares para los animales (platos, tazas, etc.), evitando compartir aquellos de uso humano. Tratar de que los animales duerman en sitios específicos y no sobre sillones o camas donde luego tengan contacto con las personas. Enseñar a los niños a no besar, ni dejarse lamer por los animales.
No dejar perros y gatos sueltos en la vía publica, para evitar que orinen o defequen en cualquier sitio, con el potencial riesgo de diseminar enfermedades. Juntar con palita y bolsa la materia fecal que deposite nuestra mascota ya sea en la calle o en el patio de nuestros hogares.
Tratamiento:
Esta infección por lo general desaparece de manera espontánea y es posible que no requiera tratamiento; sin embargo, algunas personas pueden necesitar medicamentos antiparasitarios como albendazol.
Dermatomicosis:
Esta zoonosis es más conocida por el nombre popular de tiñas. Es provocada por algunos hongos que parasitan a perros y gatos, tales como Microsporum y Tricchophyton y que en oportunidades pueden transmitirse a los humanos.
La forma de contagio es por el contacto directo con animales enfermos o indirecta a través de pelos o escamas que estos animales eliminan en el ambiente.
Las lesiones que ocasionan son bastantes características y fácilmente reconocibles, ya que causan en los animales una depilación redondeada, dejando un círculo de piel con fondo blanquecino. Suelen observarse en la cabeza, miembros anteriores y posteriores (manos y patas) y orejas de perros y gatos. Existen animales que sin presentar síntomas se comportan como diseminadores de la enfermedad, son los llamados portadores sanos y esto ocurre con mayor frecuencia en el gato.
En los humanos producen lesiones similares, pero de tinte rojzo y generan una intensa picazón. El mayor problema radica en las lesiones a nivel de la piel que se producen por el continuo rascado del individuo afectado, llegando a producir importantes depilaciones sobretodo en la cabeza, dejando manchones desprovistos de pelo y la puerta abierta a otras infecciones.
Prevención: consiste en el control veterinario de los animales en forma periódica. Tratar a los animales afectados. Mantener una adecuada higiene personal y de la vivienda, siendo importante crear una rutina en cuanto a barrer y eliminar los pelos de los animales, dado que existen portadores sanos.
Tratamiento:
El tratamiento actual de las dermatomicosis ha mejorado sustancialmente desde la entrada de los nuevos antifúngicos orales: itraconazol, fluconazol, terbinafina. Éstos se caracterizan por tener menos efectos secundarios.
Escabiosis:
La sarna de los perros y en menor medida la de los gatos, puede ser transmitida a los seres humanos, aunque los síntomas en estos últimos son menos graves, menos duraderos y en general curan rápidamente.
El agente de la sarna es un ácaro, el Sarcoptes Scabiei, que vive sobre la piel de los animales afectados y cava túneles y galerías por debajo de las mismas, causando caída del pelo, picazón intensa y lesiones de la piel.
En el perro la sarna comienza en la cabeza y en áreas del cuerpo con piel delgada, como por ejemplo las axilas y la zona inguinal; luego puede extenderse a todo el cuerpo, dándole a los animales un aspecto indeseable y dejándolos predispuestos a contraer otras enfermedades.
La transmisión a los humanos se efectúa por el contacto directo y reiterado con los animales afectados. Cuando estos ácaros pasan a las personas suelen ocasionar lesiones circunscriptas y que no se extienden, pero el contacto repetido con un animal enfermo puede ocasionar continuas reinfestaciones. Las lesiones en humanos suelen presentarse en manos, brazos y piernas, causando enrojecimiento de las zonas y picazón. El continuo acto del rascado irrita a la piel y la lesiona, lo que puede dar origen a infecciones secundarias, siendo éste el verdadero problema del contacto con los animales que tienen sarna.
Prevención: al igual que lo expresado para las dermatomicosis, la prevención consiste en el control veterinario de los animales en forma periódica y en especial si se los ve rascándose con asiduidad y en evitar el contacto estrecho con ellos, manteniendo una adecuada higiene personal y de la vivienda. Ademas, evitar dejar a los animales sueltos, pues los ácaros se depositan en yuyales, basurales o sitios donde frecuentan los perros con sarna, reproduciéndose así la enfermedad.
Tuberculosis:
Esta enfermedad, conocida desde mucho tiempo atrás y la cual se creía bajo relativo control sanitario, ha adquirido reciente importancia, debido al difusión de otra enfremedad entre los seres humanos: el SIDA.
En numerosas ocasiones los portadores de HIV y que previamente habían sido contagiados con los agentes de la Tuberculosis (Micobacterium tuberculosis y bovis) sin haber presentado síntomas, ante la baja de defensas producida por el virus del SIDA, terminan con un cuadro tuberculoso.
Las infecciones caninas y felinas por M. tuberculosis se consideran una zoonosis inversa, es decir que la dirección de la transmisión es del humano al animal. Aunque las mascotas adquieren la infección con este agente, la difusión a las personas de perros y gatos no se ha reportado. Los perros tienen mayores probabilidades de adquirir la infección por M. tuberculosis que los gatos.
Los gatos y perros pueden ser diseminadores potenciales de M. bovis, cuando el proceso de la enfermedad se localiza de preferencia en intestino o tracto respiratorio. Aunque estas mascotas pueden intervenir en el mantenimiento de la tuberculosis bovina, rara vez transmiten el bacilo bovino al humano.
Los bovinos son los principales implicados en la diseminación de la tuberculosis. El consumo de leche cruda (o sus subproductos) provenientes de animales enfermos, es la vía más importante de contagio para los humanos. Otros animales que pueden contagiarse y diseminar la enfermedad ,aunque raramente, son los gatos, especialmente aquellos que son alimentados con leche cruda o con vísceras bovinas (bofe o hígado).
Prevención: la pasteurización de la leche y el control sanitario de los tambos son los aspectos más importantes del control de esta enfermedad, junto con la vacunación humana con BCG. A nivel personal se debe evitar el consumo de leche no pasteurizada y no alimentar a los gatos con leche cruda o con vísceras bovinas.
Psitacosis:
Esta zoonosis es causada por una bacteria muy particular, la clamidia psittaci, que se encuentra en muchas especies de aves, siendo las más importantes las palomas y las aves de pico curvado (loros, cotorras y cotorritas, etc. ) aunque no se debe descartar otros tipos de aves.
Cuando se observa a este tipo de aves con problemas de salud, mal estado del plumaje, deposiciones diarreicas y pérdida del apetito, deben tomarse precauciones y concurrir a un Médico Veterinario, pues se puede estar frente a un cuadro de psitacosis.
La transmisión a los seres humanos se produce cuando se aspiran partículas aéreas conteniendo las bacterias causantes de la enfermedad. Esto suele ocurrir cuando se convive con aves en condiciones de circulación libre por el hogar (loros o cotorras sueltos), por lo tanto estos animales efectúan sus deposiciones dentro del hogar, o cuando se mantienen a las aves en jaulas dentro del hogar con poca ventilación y mal higienizadas.
En las aves produce conjuntivitis, diarrea y trastornos respiratorios. En las personas ocasiona daños en el aparato respiratorio.
Prevención: se recomienda no tener aves con circulación libre en el hogar, tenerlas siempre en jaulas y que las mismas se ubiquen en el exterior de las casas. Limpieza diaria del piso de las jaulas con abundante agua, para evitar la desecación de la materia fecal y así impedir la formación de micropartículas infectantes. Además es conveniente realizar un tratamiento con antibióticos en agua de bebida a todas las aves del hogar, al menos dos veces por año.
Tratamiento:
La infección se trata con antibióticos: la doxiciclina es la primera línea de tratamiento. Se pueden prescribir otros antibióticos, como:
•Azitromicina
•Eritromicina
•Moxiflacina
•Rifampina
•Tetraciclina
Nota: generalmente no se prescriben tetraciclina ni doxiciclina por vía oral a los niños, hasta que todos los dientes permanentes hayan comenzado a crecer, o a las mujeres embarazadas. El medicamento puede decolorar de manera permanente los dientes que aún se están formando.
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