Casi el 57 por ciento de las intoxicaciones se producen en forma accidental. La cantidad y variedad de productos químicos que se guardan en los hogares, incluidos los medicamentos, transforman el medio ambiente familiar en un lugar de riesgo, especialmente para los más chicos. Los más afectados son los niños de 2 a 4 años.
Fármacos, plaguicidas y productos del hogar son, en ese orden, las principales causas de intoxicaciones accidentales, según el servicio de Toxicología del Hospital de Niños "Sor María Ludovica", de La Plata. La lista -realizada en base a las consultas recibidas- también tiene en cuenta los envenenamientos derivados de la picadura o mordedura de animales ponzoñosos, o por la ingesta o contacto con cáusticos e hidrocarburos, aunque con menor incidencia sobre el total.
Los chicos son los principales protagonistas de este tipo de accidentes. Y no es casual: su curiosidad natural, y el afán de "explorar" el mundo a través de los sentidos potencian el riesgo de intoxicación.
Hasta el momento en que un niño comienza a desplazarse por sí solo -ya sea gateando o con sus primeros pasos- el riesgo de envenenamiento está vinculado a equivocaciones en el tipo de medicamentos o en el suministro de las dosis. Pero el problema se acentúa cuando el pequeño es capaz de alcanzar lugares que anteriormente le resultaban inaccesibles.
Desde hace algunas décadas, las estadísticas indican que los accidentes toxicológicos en niños de edad preescolar han ido en aumento en todo el mundo. Aunque con variaciones en cuanto a las edades de los afectados, la mayoría de los especialistas coinciden en que los chicos de entre 2 y 4 años constituyen el grupo etario más afectado por este tipo de cuadros.
Medicamentos a la cabeza
Los remedios son la principal causa de intoxicación en los niños, y producen el 29 por ciento de los envenenamientos accidentales. Muchos de estos casos se originan al equivocar las dosis, la frecuencia o, incluso, la droga. Sin embargo, la automedicación, la ingesta indebida de fármacos y los medicamentos caseros también puede tener consecuencias de este tipo, aunque no se consideren cuadros "accidentales".
Uno de los riesgos más grandes es que los chicos revisan muebles y cajones, y allí encuentran medicamentos y los ingieren, imitando a sus padres. Pero, también debemos tener en cuenta que la automedicación es una costumbre ampliamente extendida en los adultos, y que cualquier droga, aún incorporada en forma esporádica por un trastorno pasajero, puede ser perjudicial en la evolución de una enfermedad de base, enmascarando los síntomas, interfiriendo algún tratamiento específico, o generando patologías propias del uso indiscriminado.
Sobre el registro total de consultas por intoxicación medicamentosa (1996 casos), el servicio de Toxicología provincial determinó que el 43,8 por ciento tenía como origen los psicofármacos, y, dentro de este grupo, el 64,1 por ciento de los casos se había producido por la ingesta de benzodiacepinas (sedantes).
Los antiinflamatorios fueron, con el 16,9 por ciento, el segundo tipo de medicamentos causantes de cuadros tóxicos. En este caso, el 45,4 por ciento de las consultas se debieron al uso abusivo de aspirinas.
En el caso de los sedantes, el paciente relaciona el fármaco con la inducción al sueño o bien con efectos mágicos en estados tensionales y, por lo tanto, lo prescribe o suministra a terceros sin tener en cuenta los diferentes principios activos, las indicaciones específicas. Lo que ellos no saben es que el uso reiterado de estas sustancias produce habituación y su abrupta suspensión, síndrome de abstinencia. Y junto con el alcohol, el consumo de este tipo de pastillas se reconoce como forma de inicio en el uso indebido de drogas entre los adolescentes.
Aspirinas, un caso especial
La publicidad, el uso diario, y el hecho de que se venda libremente han provocado la "pérdida de respeto" hacia la aspirina, según creen los especialistas.
La aspirina es un medicamento excelente, pero la gente no la reconoce como una droga ni reconoce que, como tal, tiene efectos adversos y debe administrarse bajo indicaciones específicas. Utilizar estos comprimidos sin prescripción médica y en forma reiterada, sobre todo en chicos y lactantes, puede traer consecuencias de gravedad, incluso provocar la muerte.
Los tóxicos del hogar
· Medicamentos
· Plaguicidas: raticidas, pastillas y tabletas termoevaporables (ejemplo, para los mosquitos), insecticidas, fertilizantes y otros productos de jardinería.
· Productos del hogar: lavandina, jabón en polvo, desodorante para inodoros, detergentes y limpiadores en general. Muchos de los accidentes con estas sustancias se producen por descuidos de los adultos, como dejar lavandina en una taza. Si el chico tiene sed, beberá de ella sin fijarse.
· Cáusticos: ácido muriático, soda cáustica, destapacañerías, limpiahornos, quitasarro, removedores de pintura, etc. Tienen capacidad corrosiva, y son peligrosos por ingesta o contacto. Pueden poner en riesgo la salud, e incluso la vida.
· Solventes e hidrocarburos: nafta, bencina, kerosene, tiner, trementina, gasoil. Como en el caso anterior, implican riesgo si se ingieren o si entran en contacto con la piel.
Ante cualquier duda, llame con urgencia al 0-800-222-9911 o al
(0221) 451-5555. Los médicos especialistas del Servicio de Toxicología del Hospital de Niños de La Plata atienden las 24 horas, los 365 días del año.
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