Leishmaniosis
La leishmaniosis es una infección causada por parásitos del género Leishmania y transmitida por la picadura de hembras de insectos del género Phlebotomus, en el viejo mundo, y Lutzomyia, en el continente americano. De acuerdo a datos de la Organización Panamericana de la Salud, es endémica en 88 países afectando anualmente a 2,5 millones de personas. En la actualidad son reconocidas 20 especies de leishmanias patógenas del hombre y 30 especies de flebótomos identificados como vectores. Dependiendo de la especie parasitaria y del sistema inmune del paciente, la enfermedad puede desarrollar dos presentaciones clínicas principales, leishmaniosis tegumentaria (LT) y leishmaniosis visceral (LV) (Cuadro 1). En América la LT, a su vez, puede manifestarse como una lesión cutánea, leishmaniosis cutánea (LC), lesiones ulcerativas de las mucosas, leishmaniosis muco-cutánea (LMC) o placas no ulceradas, leishmaniosis cutánea difusa (LCD).
Como se mencionó, el ciclo epidemiológico incluye la transmisión vectorial a través de flebótomos del género Lutzomyia. Las hembras, al igual que los mosquitos, son hematófagas, pudiendo infectarse durante los períodos de alimentación sanguínea en animales silvestres y domésticos e incluso el hombre (Fig. 1).
En Argentina la LT, en su presentación cutánea y mucocutánea, ha sido la forma clínica principal de la leishmaniosis documentada, siendo endémica en nueve provincias de la región norte. En cuanto a LV, si bien la tasa de incidencia en nuestro país es muy baja (15 casos en los últimos 80 años), la aparición de casos en infantes de la provincia de Misiones en junio de 2006 motivaron estudios epidemiológicos que han comprobado la existencia de áreas que presentan todos los componentes del ciclo de transmisión, con altos niveles de infección en reservorios domésticos (perros), así como la presencia de Lu. longipalpis, principal vector de esta forma clínica.
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