jueves, 28 de octubre de 2010

AGUA Y LITIASIS RENAL - Epidemiologiaescobar

Análisis de las aguas embotelladas y de grifo españolas y 
de las implicaciones de su consumo en la litiasis urinaria


La recomendación médica de aumentar la ingestión de líquidos, como medida preventiva 
contra la formación de cálculos urinarios, ha sido una constante desde tiempos pretéritos 
y altamente aceptada por la mayoría de los médicos. El objetivo de esta medida sería 
aumentar el volumen de orina con lo cual se conseguiría disminuir la saturación en orina 
de las sustancias potencialmente cristalizables que componen los cálculos. Sin embargo, 
y a pesar de la extensión de esta práctica, no ha podido ser validada por evidencia 
científica hasta fechas muy recientes.


Unos pocos estudios epidemiológicos publicados consiguen demostrar el efecto preventivo 
del agua sobre la calculogénesis urinaria. Frank et al.1 observan una menor prevalencia de 
cálculos en una población desértica de Israel, después de seguir durante tres años un 
programa educativo de aumento de ingesta hídrica, en relación con otra población vecina 
que no sigue este programa. Strauss et al.2 en un estudio prospectivo de largo plazo, 
realizado en pacientes con litiasis cálcica recurrente idiopática, comprueban que el riesgo 
de recidiva está marcadamente relacionada con el volumen de orina, siendo más frecuentes 
los episodios litiásicos en los pacientes con menor diuresis. El efecto beneficioso de la ingesta hídrica también es confirmado por Curhan et al.3 en un estudio prospectivo de una cohorte 
muy amplia de varones voluntarios, sin historia previa de litiasis renal, que fueron seguidos 
durante un periodo de 4 años. Estos mismos autores encuentran unos resultados similares 
en una cohorte de mujeres. Por estudios experimentales, Pak et al.4 demuestran que la 
dilución de la orina reduce significativamente la saturación de fosfato cálcico, oxalato 
cálcico y urato monosódico condicionando una reducción del potencial de cristalización 
de sales cálcicas. No obstante, hasta el momento solamente ha sido publicado un único 
ensayo clínico randomizado sobre el valor profiláctico del agua en la litiasis. Borghi et al.5
comparan dos grupos de pacientes, que han tenido su primer episodio litiásico, comprobando 
que en los pacientes que son instruidos para incrementar su ingesta líquida para conseguir 
una diuresis de al menos 2 litros al día, sin otros cambios en la dieta, se reduce de forma significativa la tasa de recurrencias y se prolonga el periodo libre de enfermedad, después 
de un periodo de seguimiento de cinco años, respecto a los pacientes que no siguen este programa de sobrecarga acuosa.


Mayor es la controversia existente sobre el potencial de riesgo de la formación de cálculos urinarios de distintas bebidas de consumo. Curhan et al.6 realizan un estudio epidemiológico prospectivo con una cohorte muy amplia de varones sin antecedentes litiásicos, que son 
seguidos a lo largo de 6 años, encontrando una reducción del riesgo litogénico con la 
ingesta de café cafeinado y descafeinado, té, cerveza y vino, en contraste con un mayor
riesgo con la ingesta de zumo de manzana y zumo de pomelo. Estos resultados pudieron ser refrendados en un estudio posterior realizado con población femenina. Varios estudios 
clínicos controlados sobre bebidas alcalinizantes, particularmente zumos de frutos cítricos, 
han mostrado tener un efecto preventivo sobre la formación de cálculos de oxalato cálcico, 
ácido úrico y cistina, mientras que las bebidas de cola aumentan la excreción urinaria de 
oxalato. 


El consumo de agua de soda (acidificada con ácido fosfórico) se ha mostrado eficaz para 
reducir las recurrencias litiásicas.


Otro aspecto del problema ha sido establecer la relación existente entre la composición 
mineral del agua consumida y el impacto que esto tiene en la litogénesis urinaria, 
especialmente en Europa donde está muy popularizado el consumo de aguas minerales 
envasadas. 


El contenido mineral y de bicarbonato puede variar ampliamente en la composición de 
estas aguas comercializadas como también en las de consumo doméstico, dependiendo 
de las características geológicas donde asienta el acuífero. El consumo de aguas ricas en bicarbonato provoca incrementos significativos en el pH y la excreción de citrato y de 
magnesio en orina, lo que tiene un efecto beneficioso en el tratamiento de la litiasis de 
oxalato cálcico, ácido úrico y cistina, mientras que está contraindicado en cálculos de 
estruvita. 


La mayoría de los ensayos clínicos demuestran que la ingesta de aguas duras produce 
un aumento de la excreción de calcio en orina, sin embargo este reconocido efecto 
litogénico estaría contrarrestado por un descenso de la excreción urinaria de oxalato, 
posiblemente por formación de complejos de oxalato cálcico en la luz intestinal que 
reduce la absorción intestinal de ácido oxálico libre.


Los estudios realizados para relacionar el grado de dureza de las aguas y la formación 
de los cálculos han sido inconsistentes en sus resultados. En la mayoría de las 
publicaciones no ha podido establecerse una relación entre el consumo de aguas duras 
y el mayor riesgo de formación de cálculos7 y, más bien al contrario, algunos 
investigadores han observado un riesgo mayor con el consumo de aguas blandas8


Son necesarios estudios epidemiológicos más amplios que puedan determinar con mayor 
validez científica el verdadero rol que la composición mineral del agua tiene para reducir 
el riesgo de formación de cálculos antes de poder dar recomendaciones profilácticas más 
seguras a nuestros pacientes.


El presente trabajo de Millán et al. constituye una aportación de considerable valor 
clínico porque recopila de manera precisa y extensa los contenidos minerales de una 
amplia representación de las aguas minerales comercializadas en España y también de 
las aguas de consumo doméstico de la mayoría de las capitales españolas. Esta 
información puede ser muy útil para el médico ya que le permite elegir con mayor 
precisión el agua más recomendable según el perfil litogénico de sus pacientes.
En conclusión, la ingesta de líquidos se puede considerar hoy en día como la primera 
y más importante recomendación para evitar la formación de cálculos urinarios. Los 
estudios epidemiológicos realizados nos muestran evidencia de que se puede alcanzar 
una suficiente dilución de la orina con un volumen urinario de al menos 2 litros al día. 


Para conseguir esta diuresis será necesario ingerir entre 2 y 3 litros de líquidos al día, 
dependiendo de las condiciones térmicas medioambientales y de la superficie corporal 
y el grado de actividad física del individuo.

Referencias
1. Frank M, de Vries A, Tikva P. Prevention of urolithiasis. Education to adequate fluid 
intake in a new town situated in the Judean Desert Mountains. Arch Environ Health. 1966;13(5):625-630.        [ Links ]
2. Strauss AL, Coe FL, Deutsch L, Parks JH. Factors that predict relapse of calcium 
nephrolithiasis during treatment. A prospective study. Am J Med. 1982 Jan;72(1):17-24. 
Links ]
3. Curhan GC, Willet WC, Rimm EB, Stampfer MJ. A prospective study of dietary calcium 
and other nutrients and the risk of symptomatic kidney stones. N Engl J Med. 1993;328
(12):833-838.        [ Links ]
4. Pak CYC, Sakhaee K, Crowther C, Brinkley L. Evidence justifying a high fluid intake in 
treatment of nephrolithiasis. Am Intern Med 1980;93(1):36-39.        [ Links ]
5. Borghi L, Meschi T, Amato F, Briganti A, Novarini A, Giannini A. Urinary volume, water 
and recurrences in idiopathic calcium nephrolithiasis: a 5-year randomized prospective 
study. J Urol 1996;155(3):839-843.        [ Links ]
6. Curhan GC, Willet WC, Rimm EB, Spielgelman D, Stampfer MJ. Prospective study of 
beverage use and the risk of kidney stones. Am J Epidemiol 1996;143(3):240-247.[ Links ]
7. Schwartz BF, Schenkman NS, Bruce JE, Leslie SW, Stoller ML. Calcium nephrolithiasis: 
Effect of water hardness on urinary electrolytes. Urology 2002;60(1):23-27.   [ Links ]
8. Schuster J, Finlayson B, Schaeffer R, Sierakowski R, Zoltek J, Dzegede S. Water 
hardness and urinary stone disease. J Urol 1982;128(2):422-425.        [ Links ]



Dirección para correspondencia: 
Dr. Juan A. Lancina Martín 
Servicio de Urología. 
Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña 
Xubias de Arriba, 84 - 15006 A Coruña 
Tel.: 981 178 001 
E-mail autor: lancina@canalejo.org

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